¿Qué pensaríais si os contase que viví en una casa prefabricada? Probablemente por la concepción que tenemos de la sociedad actual, se os haya cruzado por la mente que pude tener una infancia complicada al venir de una familia con escasos recursos económicos. O incluso que se nos motivó a trasladar nuestra residencia a una vivienda fija, ¿ha sido así?

¿Cómo es vivir en una casa prefabricada?

Esto se debe porque el término Casa Prefabricada ha estado, históricamente, vinculado al sinónimo de precariedad económica frente a una urgencia de alojamiento. Si observamos el transcurso del concepto casa prefabricada podemos comprobar cómo construir este tipo de hogares se debió a una respuesta lógica en momentos de crisis. Aunque siendo honestos con la historia, no fue exactamente así. Encontramos un gran número de industriales, y arquitectos, que apostaron por este tipo de construcciones para crear casas de gran calidad que poder ofrecer a las personas como otra opción mejorada de aquellas viviendas que estaban siendo levantadas de manera tradicional.

¿Sabéis quién sí vivió en este tipo de hogares prefabricados?

Steve Jobs, el fundador de Apple. Cuenta, en sus memorias, que vivir en este tipo de casas le sirvió como experiencia de comprender el concepto de producción industrial y de cómo ayudó a la creación de casas para aquellas personas que deseen vivir en entornos de calidad y con un diseño bonito y eficiente.

Casas prefabricadas diseñadas por famosos promotores como en la que vivió Steve Jobs que fue obra de Joseph Eichler que construyó en California. Viviendas que siguieron un proceso de montaje en parcela de componentes prefabricados, gracias al cual, la clase media americana, que seguía los diseños contemporáneos. Así, podían vivir en una vivienda que en el caso de seguir los métodos de producción el precio hubiera sido mayor.

Otra de las personas que vivieron en una casa prefabricada fue Albert Einstein. Aunque en el caso del famoso científico se trataba de un regalo del estado alemán que con el objetivo de no encarecer el presente que iban a entregarle, se propuso una casa prefabricada. Un golpe de efecto con el que pretendían demostrar la capacidad productiva y tecnología de Alemania.

Casas industrializadas y prefabricadas.

La idea de fabricar casas como se producen automóviles se apoderó de la mente de los arquitectos desde que en 1908 Ford sacase al mercado su modelo T, el automóvil para las masas. Un proceso de creación de hogares que escapa de la producción tradicional que sigue caracterizándose por el uso de tecnología anacrónica, excesivo tiempo en la construcción, consumos desproporcionados en el uso de recursos y materiales lo que suele provocar elevados costes de producción y pequeñas prestaciones.

Fabricar, crear y entregar una vivienda que se convierte en nuestro hogar a través de la industria no es solo utilizar procesos eficaces, elementos prefabricados o industrializados en mayor o menor cantidad en su realización; es entender la Casa como un producto industrial más y que como tal el fin es el mismo que el del resto de la producción industrial, es decir crear productos de calidad a precio competente gracias a utilizar procesos industriales.

Poder elegir una casa del mismo modo que elegimos un coche y además beneficiarnos de la misma manera de una continua sucesión de mejoras en la elaboración y la calidad de estos productos.

El sueño de la Casa Industrializada de ofrecer a la población una casa de calidad con un diseño atractivo y a coste razonable. Factor que se está convirtiendo día a día en una realidad y quizás en breve  podamos decir con cierto orgullo “yo viví en una casa industrializada”.